Hoy más que nunca se hace necesario que las instituciones sociales, y educativas encargadas de apoyar el desarrollo de la niñez, revisen profundamente la concepción de infancia y a la luz de teorías y teóricos modernos, diseñen, contextualicen y apliquen estrategias innovadoras y motivantes para promover las dimensiones del desarrollo humano.
Desde el ámbito pedagógico, la formación de los nuevos maestros exige una mirada escrutadora y divergente donde tenga cabida el análisis de la realidad colombiana para hacer posible la meta de estimular desde los primeros años las potencialidades de los niños y formar en ellos hábitos que soporten su posterior desarrollo.
Para ello es urgente tener un conocimiento amplio de la psicología del desarrollo, que cimienta las bases teóricas para comprender y dinamizar los procesos educativos en los niños. De acuerdo con Diane Papalia y Sally Olds, “Los niños se adaptan y toman parte de sus culturas de maneras complejas que reflejan la riqueza de la humanidad. Para explorar la diversidad en la vida de los niños, se les analiza en variedad de circunstancias”
En este sentido, el maestro promotor de potencialidades de los niños que la familia y la sociedad le han confiado, debe ser un estudioso permanente, un estratega en la búsqueda de alternativas pedagógicas y didácticas orientadas a estimular las fibras más sencillas de sus estudiantes para impulsarlos a creer en sí mismos, a tomar decisiones que afecten positivamente su vida y le permitan ser agente de su propia propia construcción.
No hay comentarios:
Publicar un comentario